miércoles, 8 de septiembre de 2010
El fenómeno de la solidaridad animal 2.0
El auge de las redes sociales en Internet acapara hoy en día prácticamente todas las esferas de acción posibles. Pese a que determinadas variedades de su uso traspasan la línea de la ética y la moral, también existen contenidos en la Web 2.0 cuyo fin es realizar una actividad caritativa a pulmón y lograr una concientización en la sociedad.
Es el caso de “El Campito”, un refugio privado exento de ayuda gubernamental que rescata animales del abandono y el maltrato, utilizando Facebook y Twitter como un vehículo para conseguirles hogar. Se encuentra ubicado en Longchamps, Zona Sur de la Provincia de Buenos Aires y en él un equipo de doce proteccionistas voluntarios trabaja a diario cuidando más de 480 perros, con la asistencia de veterinarios que los visitan todas las semanas. Mediante las redes sociales es posible contactar a “El Campito”, con la opción de apadrinar el rescate o adoptarlos
La página de Facebook de “El Campito”, creada hace casi un año atrás, ya tiene más de 93.500 miembros que interactúan permanentemente con las publicaciones de su administradora y líder, Nany Salgado. Los comentarios por parte de los adherentes oscilan en promedio en los 90 y llegando inclusive hasta cifras de 200 en algunos posteos. Muchas de las fotos que se suben de los animales ingresados al refugio son de fuerte contenido, producto de la violencia atroz y el maltrato del que son víctimas.
Esta práctica de difusión a través de las redes sociales también es llevada a cabo por la empresa de alimentos para mascotas Pedigree, quién desarrolla su programa de adopción y RSE también a través de Facebook (su página alcanza los 50.000 miembros). Otros refugios, como el de San Francisco de Asís de Lomas de Zamora (casi 10.000 miembros), también se integraron al fenómeno solidario 2.0.
También hay espacios dedicados a la denuncia y el llamado a una concientización general. Por ejemplo, la medida municipal que dio vía a la matanza de perros en Neuquén presentó un fuerte rechazo que se capitalizó en un grupo de casi 100.000 usuarios que se oponen.
De una u otra manera, el fenómeno de la solidaridad ante la violencia, el maltrato y el abandono de animales creció y ya es una muestra más del poder de divulgación característico de la nueva era de la información y las redes sociales.
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